Nota: Este es un cuento original inspirado en los conocimientos científicos sobre la formación de los continentes.
Lina, una niña curiosa, siempre se preguntaba cómo era el mundo hace millones de años. Un día, junto a su amigo Terco, encontró una máquina del tiempo escondida en una cueva y decidió emprender una aventura que los llevaría a descubrir los secretos de Pangea.
Lina caminaba por el bosque con Terco, su topo parlante, buscando piedras raras para su colección. De repente, se encontraron con una cueva cubierta de enredaderas. "¡Mira, Terco! ¿Qué crees que hay aquí?" preguntó Lina emocionada.
Dentro de la cueva, encontraron una máquina con botones y luces brillantes. Terco, curioso como siempre, apretó un botón, y la máquina comenzó a brillar intensamente. Una voz robótica dijo: "Preparándose para viajar al periodo Mesozoico."
"¡Esto es increíble!", gritó Lina mientras la máquina se activaba. En un abrir y cerrar de ojos, ambos estaban en un mundo completamente diferente.
Lina y Terco miraron a su alrededor y quedaron maravillados. Había enormes bosques, animales gigantescos y una inmensa masa de tierra sin océanos entre continentes. "Esto debe ser Pangea", dijo Lina mientras tomaba notas en su cuaderno.
Mientras exploraban, encontraron grietas en el suelo que parecían dividir lentamente la tierra. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó Terco. Una roca con ojos, que se presentó como Geo, les explicó: "La Tierra está formada por placas tectónicas que se mueven. Estas grietas son el comienzo de la separación de Pangea."
Lina dibujó las grietas en su cuaderno, emocionada por lo que estaban aprendiendo.
Geo los llevó a un lugar donde podían ver cómo las placas tectónicas empujaban lentamente grandes porciones de tierra en diferentes direcciones. "Esto es como un rompecabezas que se está desarmando", dijo Lina, asombrada.
Vieron cómo se formaban nuevos océanos entre las tierras que se separaban. "Esa será América del Sur", dijo Geo señalando una gran masa de tierra que se alejaba de otra. "Y esa será África."
"¡Qué increíble! Gracias a esto, los continentes tienen la forma que conocemos hoy", comentó Lina. Terco, mientras tanto, se preocupaba por encontrar comida. "¿Tendremos un bocadillo prehistórico?" preguntó, haciendo reír a Lina.
Después de aprender todo lo posible, Lina y Terco regresaron a la cueva para activar la máquina del tiempo. De vuelta en su época, Lina creó un mural en su escuela para explicar lo que había descubierto.
"¿Sabías que la Tierra está en constante cambio?" le dijo a sus compañeros mientras señalaba su dibujo de Pangea separándose. "Este proceso tomó millones de años y aún sigue ocurriendo."
Terco agregó: "¡Y recuerden llevar siempre un bocadillo cuando viajen en el tiempo!"
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