Nota: Esta es una versión adaptada del cuento tradicional de Robin Hood pensada para una audiencia infantil.

En un pequeño pueblo de Inglaterra, vivía un joven llamado Robin. Era conocido por su habilidad con el arco y su bondad hacia los más necesitados. Pero un día, el malvado sheriff de Nottingham comenzó a oprimir a los aldeanos, cobrándoles altos impuestos y quitándoles sus tierras. Robin no podía soportar ver tanta injusticia y decidió hacer algo al respecto.

Una noche, bajo la luz de la luna, Robin se adentró en el Bosque de Sherwood, donde encontró refugio. Allí decidió convertirse en un defensor de los pobres, robando a los ricos para devolver el oro y la comida a quienes más lo necesitaban. Su fama comenzó a crecer, y muchas personas valientes se unieron a su causa. Así nacieron los “Hombres Alegres”, un grupo leal que ayudaba a Robin a enfrentarse al sheriff.
El bosque pronto se convirtió en su hogar. Allí, Robin practicaba cada día con su arco, convirtiéndose en el mejor arquero de toda Inglaterra. Pero su vida no era fácil, pues siempre estaba en peligro de ser capturado por los soldados del sheriff.
El sheriff, cansado de los robos, tuvo una idea astuta: organizar un concurso de tiro con arco. Sabía que Robin no podría resistirse a participar, ya que el premio era una flecha de oro. Robin, disfrazado de campesino, decidió arriesgarse y asistir al evento.
Cuando llegó su turno, Robin se enfrentó a los mejores arqueros del reino. Cada disparo suyo era perfecto, y el público no podía evitar aplaudir, aunque no sabían quién era en realidad. Finalmente, Robin lanzó su flecha y partió en dos la flecha del competidor anterior. La multitud estalló en vítores, pero el sheriff sospechó de inmediato.

Antes de que los soldados pudieran atraparlo, Robin escapó con la ayuda de sus Hombres Alegres, quienes lo esperaban en el bosque. Aunque había sido un día peligroso, Robin no solo ganó el premio, sino también la admiración de todos los aldeanos presentes.

Entre las personas que admiraban a Robin estaba Lady Marian, una noble de buen corazón que detestaba las injusticias del sheriff. Un día, mientras paseaba por el bosque, Marian se encontró con Robin. Aunque al principio no lo reconoció, pronto se dio cuenta de que estaba frente al héroe de los pobres.
Marian decidió ayudar a Robin en su lucha. Usando su posición en la corte, comenzó a espiar los planes del sheriff y a informar a los Hombres Alegres. Su valentía y bondad hicieron que Robin se enamorara de ella, y juntos formaron un equipo invencible.
Pero su relación no pasó desapercibida. El sheriff, al enterarse de que Marian apoyaba a Robin, intentó usarla como carnada para atraparlo. Sin embargo, Marian, astuta y valiente, logró enviar un mensaje a Robin para que pudiera rescatarla.
El sheriff, furioso por todos los fracasos, decidió tomar medidas extremas. Reunió a un gran ejército y se dirigió al Bosque de Sherwood, decidido a acabar con Robin y sus Hombres Alegres de una vez por todas.

Robin, al enterarse del ataque, reunió a su grupo y trazó un plan. Usando su conocimiento del bosque, tendieron trampas y emboscadas que desorientaron al ejército del sheriff. Las flechas volaron como lluvia, y los Hombres Alegres demostraron su valentía y lealtad.
Finalmente, Robin y el sheriff se enfrentaron cara a cara. Fue una lucha intensa, pero Robin, con su habilidad y coraje, logró derrotarlo. Los aldeanos, al ver la caída del sheriff, se unieron a la celebración.

Con el sheriff derrotado, Robin y sus amigos devolvieron las tierras y riquezas robadas a los aldeanos. El rey, al escuchar sobre las hazañas de Robin, decidió perdonarlo y reconocerlo como un héroe del pueblo.
Robin y Lady Marian vivieron felices en el bosque, y los Hombres Alegres continuaron protegiendo a los necesitados. La leyenda de Robin Hood siguió creciendo, recordando a todos que la valentía y la justicia siempre triunfan sobre la tiranía.
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