Pulgarcito

Nota: Esta es una versión adaptada del cuento original de Pulgarcito, basado en la obra de Charles Perrault, pensada para una audiencia infantil.

Imagen inicial del cuento

Había una vez un leñador y su esposa que tenían siete hijos, todos varones. El más pequeño de ellos era tan diminuto que le llamaban Pulgarcito, pues no era más grande que un dedo pulgar. Aunque era pequeño, Pulgarcito era muy inteligente y valiente.

La familia del leñador era muy pobre y a menudo no tenían suficiente comida para todos. Un día, el leñador y su esposa, desesperados, decidieron que ya no podían alimentar a sus hijos y que la única solución era llevarlos al bosque y abandonarlos. Pulgarcito, que había oído sus planes, no dijo nada, pero comenzó a idear una forma de salvarse a él y a sus hermanos.

Imagen intercalada 1 del cuento

Al día siguiente, cuando su padre los llevó al bosque, Pulgarcito se había llenado los bolsillos con pequeñas piedras blancas. Mientras caminaban, iba dejando caer las piedrecillas en el camino sin que nadie se diera cuenta. Al caer la noche, cuando sus padres los dejaron solos, los hermanos comenzaron a llorar. Pero Pulgarcito les dijo que no se preocuparan y que lo siguieran. Gracias a las piedras, pudieron encontrar el camino de regreso a casa.

Sin embargo, unos días después, la situación empeoró y los padres volvieron a llevar a los niños al bosque. Esta vez, Pulgarcito no tuvo tiempo de recoger piedras, pero decidió usar migajas de pan para marcar el camino. Lamentablemente, los pájaros del bosque se comieron las migajas, y Pulgarcito y sus hermanos se perdieron.

Imagen intercalada 2 del cuento

Caminando sin rumbo fijo, llegaron a la casa de un ogro. A pesar de saber que era peligroso, llamaron a la puerta y la esposa del ogro les permitió entrar. Ella sabía que su esposo tenía mal carácter y que le gustaba asustar a los niños, pero tuvo compasión de los pequeños y les dio algo de comer, escondiéndolos en la cama.

Cuando el ogro regresó a casa, olió a niños. A pesar de que su esposa intentó convencerlo de que no había nadie, el ogro los encontró. Quiso atraparlos, pero su esposa lo convenció de esperar hasta la mañana siguiente.

Imagen intercalada 3 del cuento

Esa noche, Pulgarcito ideó un plan. Sabía que el ogro tenía siete hijas que dormían en una cama cercana, y que todas llevaban coronas de oro. Pulgarcito intercambió las coronas de las niñas con los gorros que él y sus hermanos llevaban, para engañar al ogro.

A la medianoche, el ogro, confundido, se dirigió a la cama equivocada y, pensando que estaba atrapando a los niños, despertó a sus propias hijas. Las niñas gritaron sorprendidas, y el ogro, al darse cuenta de su error, se enfadó muchísimo. Mientras tanto, Pulgarcito aprovechó el caos para escapar con sus hermanos.

El ogro, furioso, salió corriendo para perseguir a los niños. Pulgarcito, que siempre estaba alerta, vio al ogro venir desde lejos y llevó a sus hermanos a un lugar seguro, escondiéndolos detrás de unos grandes arbustos.

El ogro, agotado y sin fuerzas, se quedó dormido en el camino. Pulgarcito aprovechó la oportunidad y, con mucho cuidado, le quitó las botas mágicas que permitían caminar grandes distancias en poco tiempo. Con las botas puestas, Pulgarcito fue a la casa del ogro y encontró varios cofres llenos de riquezas.

Regresó a casa con sus hermanos, trayendo oro y tesoros para su familia. Con todo ese dinero, la familia de Pulgarcito nunca más pasó hambre, y vivieron felices para siempre. Aunque era pequeño, Pulgarcito demostró que con inteligencia y valentía se puede superar cualquier obstáculo, y que siempre hay una forma de salir adelante sin recurrir a la violencia.

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