Nota: Esta es una versión adaptada del cuento original de Los Tres Cerditos, basado en una historia popular de origen incierto, pensada para una audiencia infantil.

Érase una vez, en un frondoso bosque, vivían tres cerditos hermanos. Llegó el otoño y su madre, preocupada por su futuro, los animó a construir cada uno su propia casa para protegerse del frío invierno y de un lobo feroz que merodeaba por los alrededores.
El primer cerdito, el más pequeño y perezoso, decidió construir su casa con paja. En un abrir y cerrar de ojos, tenía una pequeña casita lista. El segundo cerdito, un poco más trabajador, construyó su casa con madera. Le llevó un poco más de tiempo, pero al final también tuvo su hogar.

El tercer cerdito, el mayor y más sensato de los tres, decidió construir su casa con ladrillos. Sabía que era el material más resistente y que le llevaría más tiempo, pero prefería invertir su esfuerzo en algo duradero. Día tras día, trabajó incansablemente hasta que su casa quedó sólida y robusta.
Mientras tanto, el lobo, hambriento y astuto, observaba desde lejos a los tres cerditos. Al ver la casita de paja del más pequeño, se acercó sigilosamente y sopló con todas sus fuerzas. La casa se derrumbó y el cerdito salió corriendo a refugiarse en la casa de madera de su hermano mediano.

El lobo, sin desanimarse, fue a la casa de madera y sopló con tanta fuerza que la casa también se vino abajo. Los dos cerditos asustados corrieron hacia la casa de ladrillos del hermano mayor.
El lobo intentó derribar la casa de ladrillos soplando con todas sus fuerzas, pero fue en vano. Los ladrillos eran demasiado fuertes.

El lobo, enfurecido y hambriento, intentó entonces trepar por la chimenea para entrar en la casa, pero los cerditos, muy listos, habían puesto una gran olla con agua hirviendo debajo. El lobo, al caer en la olla, salió disparado quemándose las patas.
Desde entonces, el lobo nunca más volvió a molestar a los tres cerditos. Y los cerditos, agradecidos por la sensatez del hermano mayor, vivieron felices y seguros en su casa de ladrillos.
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