Aventuras de Toro Volteado

Este cuento es una adaptación de la historia tradicional narrada por George Bird Grinnell.

Imagen inicial del cuento

En tiempos antiguos, un joven llamado Toro Volteado enfrentó la traición de su propia familia. Pero el destino tenía otros planes para él, y su historia nos recuerda que incluso en la oscuridad, hay caminos hacia la luz.

Imagen capítulo 1

Una vez, el campamento se trasladó, pero una tienda se quedó atrás. Pertenecía a Cola de Lobo, y su hermano menor, Toro Volteado, vivía con él. Su padre amaba a ambos hijos, pero sentía un cariño especial por el menor. Antes de partir con el gran campamento, le dijo a Cola de Lobo: "Cuida de tu hermano menor; aún no es fuerte. Vigílalo para que nada le suceda."

Un día, Cola de Lobo salió de caza y Toro Volteado se quedó sentado frente a la tienda haciendo flechas. De repente, un hermoso pájaro extraño se posó en el suelo ante él. Una de las esposas de Cola de Lobo exclamó: "¡Oh, hermano, dispara a ese pajarito!" "No me molestes, hermana," respondió, "estoy haciendo flechas." Pero la mujer insistió: "Por favor, hermano, dispara al pájaro para mí."

Imagen capítulo 2

Con el corazón en conflicto, Cola de Lobo salió en busca de su hermano. Cuando lo encontró, le dijo: "Ven, hermano, vamos a conseguir unas plumas. Sé dónde hay un nido de águila." Toro Volteado aceptó y lo siguió hasta un acantilado alto con un árbol seco en el borde. Allí, en la cima, se encontraba el nido.

Cola de Lobo señaló hacia arriba y dijo: "Sube y mata las águilas." Toro Volteado trepó con cuidado hasta casi alcanzar la cima, cuando de pronto escuchó la voz de su hermano desde abajo: "Voy a empujar el árbol al vacío, y así morirás."

"¡Oh, hermano, ten piedad de mí! No me mates," suplicó Toro Volteado.

"¿Por qué golpeaste el rostro de mi esposa?" preguntó Cola de Lobo con furia.

"No lo hice," protestó el joven. "No sé de qué hablas."

"Mientes," replicó Cola de Lobo, y con un fuerte empujón derribó el árbol. Desde el borde del acantilado, vio caer a su hermano al río. No volvió a emerger. Convencido de su muerte, Cola de Lobo regresó al campamento, recogió su tienda y se unió al resto de la tribu.

Imagen capítulo 3

El cuerpo de Toro Volteado fue arrastrado río abajo hasta una orilla arenosa. Allí, cerca de la orilla, vivía una familia de los Espíritus del Agua: un anciano, su esposa y sus dos hijas. El anciano era muy rico; tenía grandes rebaños de búfalos domesticados y bandadas de aves acuáticas, pero no los cazaban para comer. Su único alimento eran las sanguijuelas.

Esa tarde, las hijas del anciano fueron a nadar y encontraron el cuerpo de Toro Volteado en la arena. Regresaron corriendo a su padre y le suplicaron que lo trajera de vuelta a la vida. "Construyan cuatro lodges de sudoración y lo reviviré," ordenó el anciano. Sus hijas trabajaron rápido, y cuando todo estuvo listo, él llevó al joven a la primera cabaña.

Dentro del lodge, el anciano calentó piedras y vertió agua sobre ellas, llenando el lugar de vapor. Rasgó la arena pegada a la piel de Toro Volteado y repitió el proceso en las siguientes cabañas. Cuando entraron en la cuarta lodge, el joven inhaló con fuerza y abrió los ojos. Había vuelto a la vida.

El anciano lo sacó afuera y lo entregó a sus hijas como esposo. También le dio un nuevo tipi, armas y muchas riquezas.

Imagen capítulo 4

Los días pasaron, y sus esposas le ofrecieron su comida, pero Toro Volteado no pudo comer las sanguijuelas. "Solo la carne de búfalo es adecuada para un hombre," dijo. Alarmadas, las mujeres corrieron a contarle al anciano. "Padre, nuestro esposo no quiere nuestra comida. Quiere carne de búfalo."

"Que mate un búfalo entonces," dijo el anciano. "Pero que no tome ni rompa ningún hueso, pues lo devolveré a la vida." Esa noche, el anciano llamó a los búfalos para que bebieran agua, y Toro Volteado cazó una vaca gorda. Cuando cocinó la lengua y dio a probar un trozo a sus esposas, ellas descubrieron lo delicioso que era el verdadero alimento de los hombres.

Un día, Toro Volteado se acercó al anciano y confesó: "Extraño a mi padre." El anciano le preguntó cómo había muerto, y el joven relató su historia.

El anciano le entregó un trozo de tendón y le dijo: "Cuando lo arrojes al fuego, tu hermano y su esposa se retorcerán y morirán." También le regaló un rebaño de búfalos y muchos perros para transportar su nueva riqueza. Con todo esto, Toro Volteado partió en busca de su padre.

Imagen capítulo 5

Al anochecer, Toro Volteado llegó a la cima de una colina cercana al gran campamento. Su tipi se alzaba imponente sobre la colina, rodeado por su vasto rebaño de búfalos. Mientras tanto, en el campamento, la gente estaba al borde de la hambruna. Muchos habían muerto, pues no había búfalos para cazar.

Al amanecer, un hombre salió de su tipi y vio la gran tienda en la colina, con los búfalos pastando alrededor. Alarmado, gritó para que todos vinieran a mirar. Creían que se trataba de un espíritu. "He perdido a mi hijo por el hambre. No temo a la muerte. Iré a ver qué es esto," dijo el hombre.

Los guerreros lo siguieron, y al subir la colina, los búfalos simplemente se apartaron. Cuando llegaron a la tienda, Toro Volteado salió y todos exclamaron sorprendidos: "¡Está vivo! Pensamos que los osos lo habían matado."

Cola de Lobo corrió hacia él y fingió felicidad. "¡Hermano, no estabas muerto! Pensamos que te habías perdido al buscar plumas."

Pero Toro Volteado no dijo nada. Lo invitó a entrar en su tipi y, en cuanto Cola de Lobo estuvo dentro, lanzó el tendón al fuego. En ese instante, su hermano y su esposa se retorcieron de dolor y murieron.

Toro Volteado le contó a su padre todo lo que había sucedido. Luego, sopló plumas al viento, y los búfalos corrieron en todas direcciones. "Aquí tienen comida. Vayan y cacen," dijo a la tribu. La gente, llena de gratitud, le ofreció muchos regalos en señal de respeto y reconocimiento.

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