Nota: Esta es una versión adaptada de la Leyenda de la serpiente blanca, pensada para una audiencia infantil.

La serpiente blanca es una de las leyendas más queridas de la cultura china. Esta historia nos enseña sobre el amor incondicional, el sacrificio y la lucha contra los prejuicios. Con un toque de magia y mucha valentía, el cuento nos invita a reflexionar sobre lo que estamos dispuestos a hacer por amor.

En una pequeña aldea china, vivía un joven llamado Xu Xian. Un día, mientras paseaba cerca del lago, vio algo inusual: una hermosa mujer de piel pálida, cabello largo y oscuro, que parecía caminar sobre las aguas. La joven le sonrió y le ofreció una flor de loto, la cual Xu Xian aceptó con una sonrisa. Lo que él no sabía es que aquella mujer era, en realidad, una serpiente blanca que, por amor, había tomado forma humana.
La serpiente blanca, llamada Bai Suzhen, había renunciado a su vida como serpiente inmortal para vivir como una mujer y experimentar el amor humano. Cuando Xu Xian la miró, algo en su corazón despertó, una conexión instantánea que nunca antes había sentido. Sin embargo, Bai Suzhen sabía que su amor por él no sería aceptado por todos. A pesar de esto, no podía evitar sentirse atraída por la bondad y pureza de su alma.
Con el tiempo, Xu Xian y Bai Suzhen se enamoraron profundamente y se casaron, sin saber que su amor sería probado por fuerzas mucho más grandes que ellos. La felicidad de los dos no duró mucho tiempo, ya que un hombre sabio llamado Fa Hai, que conocía la verdadera naturaleza de Bai Suzhen, comenzó a sospechar que algo no estaba bien.

Un día, Fa Hai, el sabio, confrontó a Bai Suzhen y le exigió que revelara su verdadera identidad. Al principio, Bai Suzhen intentó ocultarlo, pero al ver la sinceridad en los ojos de Xu Xian, decidió contarle la verdad. "Soy una serpiente que ha vivido durante siglos", le dijo, "y me he transformado en humana por amor a ti". Xu Xian, aunque sorprendido, aceptó su amor incondicionalmente, sin importar su naturaleza.
Sin embargo, Fa Hai no estaba dispuesto a dejar que un amor entre un hombre y una criatura mística prosperara. En un acto de desesperación, Fa Hai capturó a Bai Suzhen y la encerró en un monasterio en lo alto de una montaña, con la esperanza de separar a los dos amantes para siempre. Xu Xian, devastado, se embarcó en un largo y peligroso viaje para rescatar a su esposa.
Durante su travesía, Xu Xian enfrentó numerosos desafíos, pero nunca perdió la esperanza. Sabía que el amor que compartía con Bai Suzhen era más fuerte que cualquier obstáculo. Finalmente, llegó al monasterio y, con la ayuda de un antiguo amigo, logró liberar a Bai Suzhen. Sin embargo, el sabio Fa Hai no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.

Aunque Bai Suzhen fue liberada, la amenaza de Fa Hai seguía presente. El sabio continuó persiguiéndolos, decidido a separarlos para siempre. Al llegar a un cruce de caminos, Bai Suzhen, sabiendo que Fa Hai no los dejaría en paz, tomó una difícil decisión. "Debo regresar al monasterio y permanecer allí para que tú puedas vivir en paz", le dijo a Xu Xian, quien lloraba desconsolado.
Xu Xian no quería perderla, pero Bai Suzhen le explicó que su sacrificio era necesario para salvarlo a él y a su amor. "Mi amor por ti es eterno, y aunque mi cuerpo regrese a su forma original, mi corazón siempre será tuyo", dijo ella, antes de convertirse nuevamente en serpiente y desaparecer en el lago donde se conocieron.
Xu Xian, aunque destrozado, comprendió el sacrificio que Bai Suzhen había hecho por él. Pasaron muchos años, pero siempre la recordó con amor. Se decía que, en las noches tranquilas, cuando la luna brillaba sobre el lago, se podía escuchar el suave susurro de un amor que nunca moría.

La historia de Xu Xian y Bai Suzhen se convirtió en una leyenda que se contaba por generaciones en la aldea. La gente decía que, aunque Bai Suzhen se había sacrificado por amor, su espíritu nunca había dejado a Xu Xian. En las noches claras, se decía que los dos se encontraban en sueños, cruzando los límites entre el mundo humano y el místico.
El amor entre Xu Xian y Bai Suzhen era eterno, y su historia seguía viva en cada rincón del bosque y del lago. Las generaciones venideras aprendieron de su sacrificio, entendiendo que el amor verdadero no conoce límites ni barreras, y que siempre, sin importar el tiempo, los corazones unidos por el destino estarán juntos.
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